MUERES POR VIVIR MUERTOS EN OAXACA – Por Graciela Martínez López
“Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida”
Cuánta razón tenía al escribir esto el poeta uruguayo Mario Benedetti, y es que esa añoranza, ese dolor que nos provoca la muerte de un ser amado, es directamente proporcional a las vivencias, a las alegrías, a las risas y abrazos que compartimos mientras vivía.
¡Aprovechemos ahora, seamos turistas en Oaxaca!
Las casas, calles y negocios oaxaqueños se empiezan a vestir de celebración, ya estamos alistándonos para recibir a nuestros muertos.
Los campos tienen también esa sabiduría, se pintan invariablemente del bello color de flor de muerto silvestre, mientas que con pasión y esperanza el hombre cultiva bajo el fuerte rayo del sol, las hermosas parcelas de cempasúchil.
Prepárate, porque los sabores del mole y el chocolate ya están a la vuelta de la esquina.
Sal a caminar Oaxaca, ahora que tenemos vida, absorbe la belleza de nuestras expresiones artísticas, aspira el olor a copal, recorre las calles con tu familia, con tus amigos o con tu persona favorita; y guarda a salvo todos esos recuerdos en tu alma, antes de que la muerte nos alcance.